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«Sin Anestesia»: La percepción de nuestra clase política.

La percepción de nuestra “clase política”

por Miguel Mier  | 7 de abril de 2014

“La política es asistida por la imagen. El político se conforma solamente con una buena imagen, ese será el mayor logro que obtendrá.” Herbert Marshall Mcluhan

El viernes 4 de abril en la sección de opinión del periódico Reforma me topé con que la sección de El Lector Escribe se titulaba “De Película”, lo tuve que leer. El autor Hugo Ochoa, para mi sorpresa, no escribió nada de películas sino de nuestra incapacidad de asombro como ciudadanos ante lo que está sucediendo con nuestra clase política. Ochoa compara nuestra realidad política con una película hollywoodense de acción en donde pasamos vertiginosamente de escenas entre Oceanografía, la línea 12 de metro capitalino, los maestros aviadores y el manejo de la red de prostitución en plenas oficinas del PRI de la capital. Una escena nos hace olvidar la anterior.

The Economist del 5 de abril de 2014, en su sección The Americas abre un espacio para hablar de México y lo que publica, una de las revistas más serias de circulación mundial, es el caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, Presidente del PRI del DF. The Economist publica, para que los ojos del mundo lean, la historia que destapa Carmen Aristegui de MVS, que abre a la luz la forma de contratación de “edecanes” para el PRI del DF. Las valientes reporteras de MVS asisten a una entrevista de trabajo grabando la misma para respaldar su investigación. Parte de su descripción de actividades para el puesto de “edecán” era proveer sexo oral y vaginal en cada ocasión que su jefe lo solicitara. Su sueldo sería de 11 mil pesos mensuales más propinas y estaría dentro de la nómina del Partido Revolucionario Institucional. La publicación Británica añade: “El Partido Revolucionario Institucional es el partido que hoy gobierna a México”. Eso el lo que el mundo está leyendo sobre México esta semana.

El desgaste en la percepción de nuestra clase política no es exclusiva del PRI. El escándalo inconcluso de Oceanografía embarra a altos funcionarios de la anterior administración panista, desde gente de PEMEX, la familia política del ex presidente Fox, hasta Gustavo Madero y su memorable foto en un jet privado con el logo de Oceanografía en el fondo de la foto. Todo el tema de Oceanografía está por aclararse y por el bien de México ojalá que tenga consecuencias graves para los involucrados.

El PAN y su niño de oro, el ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, el diputado queretano Ricardo Anaya Cortés teniendo una trayectoria ascendente en la escena política de nuestro país no quedó limpio. No se escapó de la embarrada de los “moches” dentro del PAN para bajar recursos a los municipios, denuncia hecha por los mismos presidentes municipales de su estado natal Querétaro.

El PRD y el desfalco a Michoacán y sus narco Diputados con fuero tampoco salen bien librados.

La semana pasada en una entrevista de radio local escuché a un dirigente del magisterio de Michoacán decir que a los maestros les tienen que subir el sueldo y que van a tomar las calles. La justificación que daba el líder sindical es que aun que el Gobernador les dijo que no tenían dinero que ellos bien saben de los viáticos y dietas que se gastan en el gobierno y que por lo tanto no van a dejar su lucha.

Otro dicho popular sobre la percepción es “percepción es realidad”. El problema de que la clase política de cualquier nación llegue a los niveles de desprestigio al que se ha llegado en México es que esto tiene un efecto nocivo en toda la sociedad y un enorme costo económico que pagan los más desprotegidos. La percepción de un mal gobierno produce un elevado costo económico real.

Un país donde la autoridad es mal vista provoca la justificación de la ciudadanía para actuar fuera de las normas establecidas. Cualquier ciudadano puede pensar en no pagar impuestos justificado en que los políticos se lo van a llevar en sus “moches”. Cualquier pueblo puede justificar levantarse en armas como autodefensas ante la ineficacia de la clase gobernarte para mantener el estado de derecho. Cualquier ciudadano puede pensar que lo correcto es salir a las calles a pedir más subsidios ya que la clase política corrupta se beneficia de sus puestos sin justificación. Todas estas actitudes de la ciudadanía, justificadas en la mala imagen de la clase política, nos dañan como sociedad.

¿Y que hacer? Hablar, escribir, denunciar. No nos podemos hacer de la vista gorda. No podemos pecar de omisión cuando sabemos que algo así de grave está pasando en nuestra sociedad. Aplaudo las acciones valientes como las de Carmen Aristegui para denunciar a Cuauhtémoc Gutiérrez y su red de prostitución. Como sociedad tenemos que subirle el costo político a los gobernantes cuando actúan mal. Sólo así tendremos mejores candidatos a funcionarios públicos.

PS. Cabe aclarar que ésta columna la escribí el viernes 4 de abril antes de conocer de decenas de funcionarios Michoacanos que llamaron a declarar ante la PGR. Me da gusto ver que la autoridad federal investigue a funcionarios corruptos de nuestro estado.

@MiguelMier

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