“Una manera de descalificar fácilmente a Enrique Peña Nieto en la campaña de 2012 era tildarlo de ignorante. Se trataba, después de todo, del político que no había podido identificar los tres libros que más lo habían influido”, Sergio Sarmiento en ¿No era ignorante? 2 de septiembre, Reforma
Tengo que reconocer con gusto que la reacción de México ante el segundo informe del presidente Peña Nieto es mucho más positiva de lo que esperaba. Me da gusto por que llena el ambiente de esperanza de que las cosas pronto van a mejorar.
El martes 2 de septiembre de 2014 entre las 12:00 y la 13:36 en el Patio Central de Palacio Nacional, el presidente Enrique Peña Nieto da un mensaje/resumen de su Segundo Informe de Gobierno en el que se proyecta como un estadista dando rumbo a la nación que gobierna.
El presidente empieza hablando de las 11 reformas que logra consensar durante sus primeros dos años de gobierno. No es un logro menor y creo que fue la mejor forma de arrancar su mensaje por tener un alto valor estratégico. Si bien las reacciones de los panistas han sido de tratar de mancharle el trofeo al decir que gracias a ellos se lograron las reformas, es muy claro que los dos presientes panistas previos no tuvieron el capital político para lograr reformar al país. También hay quienes critican que las reformas no son perfectas (en la vida nada lo es), pero son un paso en la dirección correcta de muchos temas que llevaban al menos dos sexenios atorados.
No puedo opinar mucho del balance de seguridad, ya que es el tema que me pareció menos contundente y ha sido de los más cuestionados.
Aplaudo la inversión en escuelas. Mejorar más de 20 mil planteles escolares me parece una gran medida que se necesitaba con urgencia. Que bueno que mejoren las escuelas, ahora a mejorar a los maestros.
Aplaudo las megainversiones en carreteras, segundos pisos y obra pública. Esas inversiones reactivarán el empleo y el consumo interno haciendo que la economía crezca desde adentro. Ojalá que no se tarden mucho en aplicarlo y que tenga procesos de supervisión transparentes para minimizar la corrupción.
El momento del climax llegó con el anuncio del aeropuerto. Me pareció un anuncio necesario y valiente. Recordemos que durante la presidencia de Vicente Fox se anunció una inversión en un nuevo aeropuerto y la incapacidad política para ejecutarlo fue el principio de la debacle político de la presidencia de Vicente Fox. El tema del aeropuerto del Distrito Federal manchó su presidencia de fracaso y de falta de capacidad negociadora. Felipe Calderón prefirió no entrarle al tema. Ahora Peña, conociendo el antecedente, se arroja con un anuncio valiente que se recibe con mucho ánimo. Ojalá tenga ya negociada la implementación.
La campaña priísta para reducir diputados plurinominales también me parece un acierto, un avance en la dirección correcta. Claramente el gran beneficiado es el PRI. Al quitar diputados plurinominales se quita representatividad de los partidos chicos, por lo tanto, hay menos democracia. Sin embargo, tampoco es como que haya grandes legisladores de los partidos chicos de izquierda, o del Verde, que muchos están embarrados por escándalos de corrupción. Por lo tanto, menos plurinominales me parece una medida, igual no perfecta, pero en la dirección correcta.
Los dos temas donde creo que quedó a deber el mensaje presidencial son en mejorar los procesos de procuración de justicia. México, desde el documental Presunto Culpable, está sediento de mejorar la forma en la que actúa el poder judicial. La Policía crece, pero no mejoran sus procesos de persecución de delitos. Los juicios orales se han implementado, pero con resultados muy heterogéneos. Creo que hace falta fortalecer y transparentar al Poder Judicial para vivir en un país donde la legalidad no se compre.
El otro tema donde creo que se quedó corto y muy a la usanza de los presidentes priístas que lo anteceden es el tema del combate a la corrupción. Peña dio un dato: Se recuperaron 3 mil 46 millones de pesos de funcionarios corruptos. Pero ese dato contrasta con el dato que dio el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en el que dice que el costo de la corrupción en México en 2012 fue de mil 500 millones de millones de pesos (1.5 billones). Esto es, el dato de recuperación que dio el presidente no es ni 0.002 por ciento del problema. ¿Cómo va a fortalecer los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas? Esa es una de las grandes incógnitas de esta presidencia.
También entiendo que no hay informe perfecto. Con lo que me quedo del informe del presidente Peña es con la esperanza que tenemos muchos mexicanos en que las reformas empiecen a repercutir en mayor desarrollo económico y bienestar para las familias.
El autor es licenciado en Economía por el ITESM, con maestrías en Administración y Tecnología por las universidades de Stanford, Carnegie Mellon e ITESM.
Es Ejecutivo de Entretenimiento y profesor en la Maestría en Administración (MEIM) en la Universidad Carnegie Mellon de Los Ángeles, California
mmier@stanfordalumni.org
@miguelmier
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