Columna. Sin Anestesia: Personas felices, países felices
03/08/2014 21:15 / Miguel Mier
“La Felicidad Interna Bruta (FIB) es más importante que el Producto Interno<strong Bruto (PIB)”, Jigme Singye Wangchuck (cuarto Dragón Rey de Bután)
Los economistas estudiamos el comportamiento humano por medio de métricas numéricas. Tratamos de encontrar variables medibles para entender las conductas de las personas. La producción económica, el dinero, es una métrica numérica con la que es fácil trabajar por ser universal y comparable. Pero ¿será la mejor métrica de desarrollo de una persona, comunidad o país? La semana pasada les compartí un índice de prosperidad de Lagatum Institute que de hecho la revista Forbes usa como métrica de felicidad. Hoy voy a abordar una metodología mucho más difundida y que se está estudiando en muchas universidades alrededor del mundo (LSE, Columnbia, Universidad de Canadá y Naciones Unidas): el Reporte Mundial de Felicidad (World Hapiness Report).
Desde la década de los 80 países como Bután han querido migrar de medir el Producto Interno Bruto (PIB) a medir la Felicidad Interna Bruta (FIB). Otros países han seguido esta misma tendencia. Al grado que las ONU invita a los países a dar seguimiento al Reporte Mundial de Felicidad (RMF).
Los cinco países con mayores índices de felicidad en el reporte (RFM) 2013 son: 1. Dinamarca; 2. Noruega; 3. Suiza; 4. Holanda y 5. Suecia.
Las variables que más mueven los resultados de los países en el índice son seis: 1. Producto Interno Bruto o bienestar económico; 2. Expectativas de vidas saludables; 3. Tener a alguien con quien contar (se mide con los índices de divorcios y estado civil); 4. Libertad percibida para emprender y desarrollarse; 5. Bajos índices de corrupción; 6. Métricas de generosidad.
El índice no solo mide estas seis variables, pero estas son las que mueven en mayor medida la calificación final de felicidad de una nación. Como pueden ver las seis variables se puede dividir en Económicas la 1 y 2; Psicológicas la 3 y 4; y Éticas la 5 y 6.
Analizando los datos del índice hay algunas tendencias muy evidentes por ejemplo que los países que tienen niveles de felicidad más bajos, por tener economías más pobres son los africanos y latinoamericanos. Los países ricos afectan sus índices de felicidad por problemas psicológicos como índices de depresión y suicidios.
Los pobladores de países que tienen altos niveles de felicidad tienen cuatro características en común: a) Viven más años, b) Son más productivas, c) Ganan más dinero y d) Son mejores ciudadanos.
La mayoría de los gobiernos del mundo están tratando de ajustar este reporte a las realidades de sus países. La OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) ha desarrollado sus propias aplicaciones complementarias a este reporte y ha sugerido su aplicación.
Nick Marks, creador del Happy Planet Index, dijo en TED “El propósito último de una nación es crear ciudadanos felices y saludables”. No puedo estar más de acuerdo con ese enunciado de Marks y le añadiría que también debería de ser el propósito último de cualquier servidor público o político. El problema es que a veces ellos, los políticos, no lo ven así.
Como pueden leer en las fuentes que cito cuando hay gobiernos poco éticos el daño no solo se da en la economía sino en la salud y felicidad de un país. Ahora viene la parte que algunos les incomoda, bajar estos conceptos multinacionales a nuestra realidad estatal. ¿Cómo creen que estemos en Michoacán en estas 6 variables que generan felicidad? ¿En las económicas? ¿En las éticas? ¿En las de anti-corrupción?
Uno de los hechos que no solo le quita felicidad a nuestro pueblo, sino que lo indigna, es ver como el gobierno se queda con al menos una tercera parte del sueldo de cada trabajador (por medio de ISR, IN, IEPS, IVA, etcétera). Con esos ingresos que recauda en vez de responder como funcionarios a nuestro servicio algunos se convierten en burócratas corruptos.
Nuestros impuestos no sólo pagan los sueldos de los funcionarios corruptos que piden mochadas o tiene vínculos con la delincuencia, también pagan los sueldos de quienes deben procurar la justicia. Vivimos tanta corrupción y nepotismo por que no hay consecuencias, no hay castigos, hay impunidad.
Las reformas económicas de Peña Nieto intentan mejorar en las variables económicas de nuestra nación. ¿Y las variables psicológicas y éticas? Ojalá que mejoren en paralelo. No sólo aspiramos a ser un país próspero en lo económico, queremos ser un país feliz.
El autor es licenciado en Economía por el ITESM, con maestrías en Administración y Tecnología por las universidades de Stanford, Carnegie Mellon e ITESM.
Es ejecutivo de Entretenimiento y profesor en la Maestría en Administración (MEIM) en la Universidad Carnegie Mellon de Los Ángeles, California.
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